domingo, 6 de marzo de 2011

Seven Psalms #1

'Hubo vida en lo muerto, luz en la tierra oculta, festin de las lombrices.'

Inmensos eran sus ojos, el esfuerzo de mantenerse en pie se reflejaba en ellos y hablaban de la fuerza de voluntad que mantenia a Jabeh en pie. La tortura habia abierto canales en su carne que muchos habrian dolido hasta morir... pero no el, jamas hubo un solo rasgo que quebrase lo impasible de su rostro. Me han dicho ciertos abates que en las noches mas frias de la tercera luna se lo podia observar caminar por los moribundos jardines con los ojos vidriosos y perdidos, muchos especulaban de los mundos que podian herir la fria calma que reinaba en este monje. En cambio, yo tan solo me podia limitar a apreciar la fuerza que respiraba su eximio porte, dulces y gloriosos simbolos sagrados relucian a su alrededor formando cadenas entre si, caminos que se comunicaban unos con otros, invocados por la gracia del penitente y reestablecidos por la fe inmortal que lo impulsaba. Las injurias y las maldiciones lo rozaban tan fuertemente como las mismas balas que intentaban derribarlo mas ninguna lograba dar el golpe de gracia, resbalaban de el como gotas de lluvia repelidas por el favor divino. Tan infructuoso el asesinato, tan irritable la persistencia hacia rabiar a los guerreros de la moneda, se desesperaban, aullaban sus armas y aullaba el mundo a nuestro alrededor. Aun asi, tan solo la palabra de dios podia entrar en el santuario de mi señor.

El mundo estallo, desbordado por la luz de lo que es grande en el cielo, hubo silencio para los malvados pues el habia abierto su alma hacia los que pecan, la viva creacion relucia en su halo. Crei notar que los pocos malechores que se atrevieron a mirarlo fijamente perdieron la vista, ardian sus ojos ante lo inevitable de su juicio, realizandose en sus mentes la magnitud de aquello que se enfrentaban.
Con gesto teatral, precalculado tal vez, las campanas tiñeron la silenciosa muerte con sonidos demasiado reales. Los desvencijados cuerpos de nuestros atacantes cayeron al el suelo, completamente inertes.

Extract from Psalm 5
'5:9 For there is no faithfulness in their mouth.
Their heart is destruction.
Their throat is an open tomb.
They flatter with their tongue.
5:10 Hold them guilty, God.
Let them fall by their own counsels;
Thrust them out in the multitude of their transgressions,
for they have rebelled against you.'
 
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