sábado, 5 de marzo de 2011

La magia viviente #2

'Me sorprendio que aquel viejo faro aun funcionara, podia percibir el debil rastro de la luz que emanaba y las sombras que corrian para alejarse de su alcance. Toda la piedra que lo conformaba parecia dispuesta a derrumbarse, y aun asi, con todo ese lastimero parecer persistia en su razon de ser.
Note como temblaban mis manos y me apresure a esconderlas bajo mi manto, no era obra del frio, sino la viva presencia de aquel antiguo artilugio. El corazon del hermitaño que ardia en lo alto de la torre se habia convertido en una señal para todo aquel que hubiera perdido su camino; viajeros, navegantes y salteadores, pero para los que podiamos ver lo que otros sueñan, su fuerza se extendia por kilometros inmensa como las tormentas mas bravas. Me pregunte entonces como era posible que nadie mas se hubiera acercado, ni siquiera los Iniciados de Albaran eran tan ciegos como para no percatarse de la fuerza que aqui brillaba. ¿Que clase de guardian alejaba a los mios de tan inconmesurable fuente de poder?'

Extracto de 'La sombra del Telur'

Hubo un noble,
Cantan las viejas,
Hubo una joven,
Gritan los niños,

Y ambos se cruzaron
Cuando la luna se posa
Los mercaderes ya no hablan,
Alli, Sin saber se vieron

A nadie sorprendio
Que el viento los llevara
Y con muertas hojas
El otoño los bañara

Hubo un olvidado prometido,
Dos anillos de hierro
Y tres gotas de sangre,
Con esto los daño

Ya no hubo tierno abrazo,
Cansado corazon, marchito corazon
Alli donde se besaban, pronto les dolia
Toda la envidia.
 
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