miércoles, 26 de agosto de 2009

The Shadowfell Passage #1

Ambos aventureros encontraron la puerta sellada, pesados barrotes de hierro la cruzaban y entre ellos se allaba inscrutada la cabeza de un cuervo. Aunque la vision de tal mutilacion no les gusto para nada decidieron continuar. A golpes de martillo comenzaron a aflojar los goznes y no tardaron mucho antes de lograr abrirla, sin duda no sabian que esperar, pues al asomarse tan solo pudieron distinguir una escalera en espiral que descencia y se hundia en la mas pesada oscuridad y no solo eso, un viento frio los golpeo salvajemente.
Prendieron las antorchas que cargaban entre sus posesiones y las encendieron, al acercarlas sobre el abismo que rodeaba la escalera solo atisbaron una negrura incomensurable. Tan solo dieron unos pasos hacia adelante cuando la puerta se cerro de un golpazo. Una vez mas el frio viento. Uno de ellos, el mas avispado, noto como las sombras parecian reforzarse. Se contraian y volvian a afianzarse en su lugar. Luego de unos escalones mas este extraño movimiento empezo a ser acompañado de susurros, gemidos casi, si antes de entrar les parecia extraño ahora sabian que no habia sido la mas brillante desicion. Sin decir palabra ambos apresuraron el paso, moviendose rapidamente mientras las antorchas flameaban y amenazaban con extinguirse, se enfrentaron con escalones engañosos de alturas dispares, con piedras flojas y telerañas. Nada importaba.
Aproximadamente diez minutos mas tarde llegaron al final de su recorrido. El viento aqui era mas fuerte y parecia ser una corriente constante que producia un aullido intenso. En un breve momento de calma escucharon algo mas. Los quejidos se habian elevado y eran ahora acompañados por el ruido de piez arrastrandose, objetos metalicos chocando.
Al joven acolito le temblaba la mano cuando adelanto la antorcha. Terrible vision la que les fue revelada! Unos ojos vacios se encontraron con el fuego, una cara palida, hecha de hueso aullo con furia. A esta se le unieron otros tantos quejidos. Detras algo se movio, el guerrero se dio vuelta y vio a una enorme tarantula descender por las paredes acompañada de un sequito de arañas menores, ya no habia salida. Era pelear o morir...
 
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